IV. LAS OPERACIONES CONCRETAS
La constitución del esquema del objeto permanente y la del "grupo" práctico de los desplazamientos prefiguran, en efecto, la reversibilidad y las convenciones operatorias qué parecen anunciar la próxima formación. Pero hay que esperar hasta aproximadamente los siete y los ocho años para que esa con - quista se realice y se trata de comprender las razones de ese retraso si se quiere captar la naturaleza compleja de las operaciones.
I.LOS TRES NIVELES DEL PASO DE LA ACCIÓN A LA
OPERACIÓN.
En el comienzo está el nivel senso -motor de acción directa,
sobre lo real, y luego viene el nivel de las operaciones, desde los siete -ocho
años, que afectan igualmente a las transformaciones de lo real, pero por
acciones interiorizadas y agrupadas en sistemas coherentes y reversibles
El primer obstáculo para la operación es, pues, la necesidad
de reconstruir en ese nuevo plano que es el de la representación lo que ya
estaba adquirido en el de la acción.
En tercer lugar, cuando el lenguaje y la función semiótica permiten, no sólo la evocación, sino también, y sobre todo, la comunicación (lenguaje verbal o por gestos, juegos simbólicos entre varios, imitaciones recíprocas, etc.).
· 1) Nociones de conservación. Para el niño ciertas cualidades físicas de los objetos permanecen constantes a pesar de transformaciones o cambios y estas pueden ser en sustancias, peso o volumen.
· 2) Las operaciones concretas. operaciones nacientes se coordinan ya en estructuras de conjunto, pero que son pobres y proceden aun progresivamente a falta de combinaciones generalizadas.
3) La seriación. consiste en ordenar los elementos según sus dimensiones crecientes o decrecientes. La seriación es la capacidad que permite comparar elementos y ordenarlos en base a sus diferencias. Esta operación es necesaria para el manejo de los conceptos como los números, el tiempo, las medidas o la orientación.
4) La clasificación. La clasificación es la habilidad que permite clasificar los objetos según sus características y determinar si pertenecen a un conjunto determinado o a una jerarquía.
III. LA REPRESENTACIÓN DEL UNIVERSO, LA CASUALIDAD Y
EL AZAR.
La causalidad y el azar son los dos polos esenciales
entre las que se distribuyen. Desde alrededor de los tres años el niño se
plantea, y plantea a quienes le rodean, una serie de preguntas, de las que
las más notables son los "por qué".
Los "por qué" atestiguan una precausalidad
intermedia entre la causa eficiente y la causa final: y tienden, sobre todo, a
encontrar una razón, desde esos dos puntos de vista, para los fenómenos que
para nosotros son fortuitos, pero que para el niño provocan entonces mucho más
la necesidad de una explicación finalista.
IV. LAS INTERACCIONES SOCIALES Y AFECTIVAS.
La afectividad constituye la energética de las conductas
cuyas estructuras corresponden a las funciones cognoscitivas, y si la
energética no explica la estructuración, ni a la inversa, ninguna de las dos
podría funcionar sin la otra.
·
1) Evolución. La llegada de la representación,
debida a la función semiótica, es, en efecto, tan importante para el desarrollo
de la afectividad y de las relaciones sociales como para el de las
funciones cognoscitivas.
·
2) El problema. Esta situación dialéctica, aún
inestable y equívoca, domina toda la primera infancia y todo su comportamiento
social, lo que explica las controversias, y a veces los "diálogos de
sordos".
·
3) La socialización. permite un
intercambio y una comunicación continua entre los individuos.
Hay 3 clases de ámbitos:
1) Los juegos de regalas son instrucciones sociales. Algunos
de esos juegos se transmiten con participación del adulto; pero otros siguen
siendo específicamente infantiles, como el juego de bolas entre los muchachos,
que concluye hacia los once o los doce años en Ginebra. Estos últimos juegos
ofrecen, pues, la situación más favorable, en su doble cualidad de lúdicos y de
exclusivamente infantiles, para dar lugar a un impulso de la vida social entre
niños.
2) El trabajo en común. se observa una evolución más
o menos regular del trabajo solitario a la colaboración, ya que el trabajo
solitario eventual de los mayores no tiene la misma significación no
intencional y por así decirlo, no consciente, que el de los pequeños, quienes,
trabajando cada cual por sí, se sienten en comunión y en sinergia con sus
vecinos, sin ocuparse, no obstante, de lo que hacen en detalle.
3) Estudios sobre las funciones del lenguaje. ciertos ambientes escolares en que los niños trabajan, juegan y hablan libremente, las charlas de los de cuatro a seis años no están destinadas todas a suministrar informaciones ni a plantear preguntas, etc. (lenguaje socializado), sino que, a menudo, consisten en monólogos o en "monólogos colectivos", durante los cuales cada uno habla para sí, sin escuchar a los demás (lenguaje gocéntrico).
COMENTARIO:
La etapa de las operaciones concretas supone la tercera
etapa de las fases descritas por las teorías piagetianas. En esta etapa
fundamental, el niño adquirirá nociones lógicas y gozará de un pensamiento más
flexible. Las operaciones principales que se adquieren en esta
etapa de las operaciones concretas son la seriación, la conservación y la
clasificación. Estas tres habilidades le permitirán resolver problemas de forma
más sistemática.
La etapa de las operaciones concretas se suele describir como
el nacimiento de “el niño práctico”, ya que este ha superado las anteriores
etapas relacionadas con el aprendizaje a través de la actividad y la intuición.
Se convierte en un niño práctico que deja de aprender por ensayo o error, adquiriendo una lógica propia de un pequeño científico.
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